Si te gustan los juegos al estilo rogue o si te encantaron The Binding of Isaac y Nuclear Throne, ha llegado el momento de que te adentres en el genial infierno balístico que es Enter The Gungeon.
Vibrante, fluido y alegre
Enter the Gungeon es un rogue-like donde pegar tiros o ser disparado son las dos grandes acciones. El juego se controla como Nuclear Throne, con un stick avanzas y con el otro apuntas hacia donde dispararás. Y su progreso es como Isaac: exploras múltiples habitaciones en un nivel para encontrar al jefe que te permitirá avanzar. ¿El resultado? Un infierno de balas en el que debes moverte a cada segundo si no quieres morir.
Jugar es una pura delicia, un éxtasis continuo gracias a su jugabilidad vibrante y fluida. En ese sentido, Gungeon tiene un espíritu alegre, colorista y despreocupado que es difícil encontrar en este género. Ni siquiera te tomarás a los jefes en serio sino que más bien les cogerás cariño.
Gran parte del frenesí se debe a la búsqueda eterna de una nueva arma. La munición escasea en Enter the Gungeon así que tu esperanza es renovar tu equipo lo más rápido posible. Cada cofre esconde una sorpresa que cambia la jugabilidad durante los próximos minutos: quizás de repente dispares un rayo láser que rebote contra las paredes o una potente ráfaga doble difícil de maniobrar. No puedes asentarte en una estrategia porque te resultará inválida al cabo de un rato.
Gritos de desesperación y de alegria
Todo el contenido de Enter the Gungeon abandera la excelencia: decenas de actualizaciones, armas, las mazmorras tienen un sentido pese a crearse aleatoriamente, los aliados que te encuentras por el camino, los mismísimos héroes disponibles…
Gritarás. Gritarás mucho en Enter the Gungeon. Y tus vecinos descubrirán lo malhablado que eres. Pero todos estos gritos vendrán acompañados de sonrisas o carcajadas por lo bien que te lo estás pasando. Es uno de los rogue-like que más desesperan peor a la vez mejor te convence para seguir jugando.
Este es el infierno que te mereces
Enter the Gungeon es el infierno de balas y enemigos que todo gamer curtido en mil batallas se merece estar atrapado. Es energético, divertido, variado y, lo más importante de todo: pensarás en volver a sus mazmorras cuando no estés jugando.
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